¿Quién era Mila Thopaga?

La vida de Milarepa es una de las historias más queridas del Tíbet. Preservada oralmente durante siglos, no podemos saber qué parte de la historia es históricamente exacta. Aun así, a través de los siglos, la historia de Milarepa ha seguido enseñando e inspirando a innumerables budistas.

¿Quién era Milarepa?

Milarepa probablemente nació en el oeste del Tíbet en 1052, aunque algunas fuentes dicen que en 1040. Su nombre original era Mila Thopaga, que significa"encantador de escuchar". Se dice que tenía una hermosa voz cantando.
La familia de Thopaga era rica y aristocrática. Thopaga y su hermana pequeña eran los favoritos de su pueblo. Sin embargo, un día su padre, Mila-Dorje-Senge, se enfermó mucho y se dio cuenta de que se estaba muriendo. Llamando a su familia extendida a su lecho de muerte, Mila-Dorje-Senge pidió que sus hermanos cuidaran de sus bienes hasta que Milarepa alcanzara la mayoría de edad y se casara.

Las traiciones

Los tíos de Milarepa traicionaron la confianza de su hermano. Dividieron la propiedad entre ellos y despojaron a Thopaga y a su madre y hermana. Ahora marginados, la pequeña familia vivía en los cuartos de los sirvientes. Se les daba poca comida o ropa y se les obligaba a trabajar en el campo. Los niños estaban desnutridos, sucios, harapientos y cubiertos de piojos. La gente que antes los malcriaba ahora los ridiculizaba.
Cuando Milarepa cumplió 15 años, su madre trató de restaurar su herencia. Con gran esfuerzo, reunió todos sus escasos recursos para preparar un festín para su familia extendida y sus antiguos amigos. Cuando los invitados se reunieron y comieron, ella se puso de pie para hablar.

Mendicidad y al trabajo transitorio

Con la cabeza en alto, recordó exactamente lo que Mila-Dorje-Senge había dicho en su lecho de muerte, y exigió que Milarepa recibiera la herencia que su padre le había destinado. Pero la codiciosa tía y el tío mintieron y dijeron que la propiedad en realidad nunca había pertenecido a Mila-Dorje-Senge, por lo que Milarepa no tenía herencia.
Obligaron a la madre y a los niños a salir de los cuartos de los sirvientes y a las calles. La pequeña familia recurrió a la mendicidad y al trabajo transitorio para mantenerse con vida.

El Hechicero

La madre había apostado y lo había perdido todo. Ahora ella hirvió de odio a la familia de su marido, e instó a Milarepa a que estudiara hechicería. "Me mataré ante tus ojos", le dijo ella, "si no te vengas".
Así que Milarepa encontró a un hombre que había dominado las artes negras y se convirtió en su aprendiz. Durante un tiempo, el hechicero sólo enseñó encantos ineficaces. El hechicero era un hombre justo, y cuando se enteró de la historia de Thopaga - y verificó que era verdad - le dio a su aprendiz poderosas enseñanzas secretas y rituales.

Celda subterránea

Milarepa pasó quince días en una celda subterránea, practicando los hechizos negros y los rituales. Cuando emergió, se enteró de que una casa se había derrumbado sobre su familia mientras estaban reunidos en una boda. Aplastó a todos menos a dos - la tía y el tío codiciosos - hasta la muerte. Milarepa pensó que era correcto que sobrevivieran al desastre para que pudieran presenciar el sufrimiento que su codicia había causado.

Ardiendo de culpa

Su madre no estaba satisfecha. Escribió a Milarepa y exigió que también se destruyeran las cosechas de la familia. Milarepa se escondió en las montañas con vistas a su pueblo natal y convocó tormentas de granizo monstruosas para destruir las cosechas de cebada.
Los aldeanos sospechaban de la magia negra y entraron furiosos en las montañas para encontrar al perpetrador. Escondidos, Milarepa los escuchó hablar de las cosechas arruinadas. Se dio cuenta entonces de que había hecho daño a gente inocente. Volvió a su maestro angustiado, ardiendo de culpa.

Encuentro con Marpa

Con el tiempo, el hechicero vio que su estudiante necesitaba un nuevo tipo de enseñanza, e instó a Milarepa a buscar un maestro de dharma. Milarepa fue a un maestro Nyingma de la Gran Perfección (Dzogchen), pero la mente de Milarepa era demasiado turbulenta para las enseñanzas de Dzogchen. Milarepa se dio cuenta de que debía buscar otro maestro, y su intuición lo llevó a Marpa.
Marpa Lotsawa (1012 a 1097), a veces llamada Marpa la Traductora, había pasado muchos años en la India estudiando con un gran maestro tántrico llamado Naropa. Marpa era ahora la heredera del dharma de Naropa y una maestra de las prácticas de Mahamudra.

Deuda kármica

Los juicios de Milarepa no habían terminado. La noche anterior a la llegada de Milarepa, Naropa se le apareció a Marpa en un sueño y le dio un precioso dorje de lapislázuli. El dorje estaba manchado, pero cuando se pulía, brillaba con un resplandor brillante. Marpa tomó esto como un encuentro con un estudiante con una gran deuda kármica pero que eventualmente se convertiría en un maestro iluminado que sería una luz para el mundo.
Así que cuando Milarepa llegó, Marpa no le ofreció el poder inicial. En vez de eso, puso a Milarepa a trabajar haciendo trabajos manuales. Este Milarepa lo hizo voluntariamente y sin quejas. Pero cada vez que terminaba una tarea y le pedía a Marpa que le enseñara, Marpa se enfurecía y le daba una bofetada.

Desafíos insuperables

Entre las tareas encomendadas a Milarepa estaba la construcción de una torre. Cuando la torre estaba casi terminada, Marpa le dijo a Milarepa que la derribara y la construyera en otro lugar. Milarepa construyó y destruyó muchas torres. No se quejó.
Esta parte de la historia de Milarepa ilustra la voluntad de Milarepa de dejar de aferrarse a sí mismo y poner su confianza en su gurú, Marpa. La dureza de Marpa es entendida como un medio hábil para permitir a Milarepa superar el malvado karma que había creado.
En un momento, desanimada, Milarepa dejó Marpa para estudiar con otro maestro. Cuando esto no tuvo éxito, regresó a Marpa, que una vez más se enfadó. Ahora Marpa cedió y comenzó a enseñar a Milarepa. Para practicar lo que se le enseñaba, Milarepa vivió en una cueva y se dedicó a Mahamudra.

La Ilustración de Milarepa

Se decía que la piel de Milarepa se volvió verde y dejó de vivir sólo de sopa de ortiga. Su práctica de usar sólo una túnica de algodón blanco, incluso en invierno, le valió el nombre de Milarepa, que significa "Mila la vestida de algodón". Durante este tiempo escribió muchas canciones y poemas que siguen siendo joyas de la literatura tibetana.
Milarepa dominó las enseñanzas de Mahamudra y realizó una gran iluminación. Aunque no buscó estudiantes, finalmente los estudiantes vinieron a él. Entre los estudiantes que recibieron enseñanzas de Marpa y Milarepa estaba Gampopa Sonam Rinchen (1079-1153), que fundó la escuela Kagyu de budismo tibetano.
Se cree que Milarepa murió en 1135.